El Pávido Návido y el cordón del churumbel

20120802

¡Ey, familia! Danzón dedicado a....


Celebrando los 75 años de uno de los lugares con más tradición en la Ciudad de México. Un poema para Los Ángeles.

Lerdo y Flores Magón, Colonia Guerrero
A Laura

Quien no conoce Los Ángeles
no conoce México.

I

A veces,
durante algunas tardes,
no bastan
más que las claves
de una danzonera
para sentir
a la patria.
No la nación
de preclaros héroes
que nombran calles
donde perderse.

II

La duela
que refleja las luces
de un salón
y agua mineral
con hielo
son suficientes
para saber
la historia.
La memoria
de quien baila
al primer soplo
de trompeta.

III

Los vestidos,
tornasolados danzantes,
y el charol
que es casi estrella
en el firmamento
del suelo
hacen del ocaso
razón para el orgullo.
Y no esa vanidad
de pirotecnia
y marcial banda;
el aire de un sombrero
impávido al timbal
y un nudo de corbata
sudante a saxofón.

IV

En neón
se dibuja una bandera,
la garita de entrada:
una taquilla,
y la pista anuncia
el apotegma
que reduce al país
en esta esquina.

V

Porque, en verdad,
quien no ha cruzado
esa puerta
quien no ha asomado
las ganas a este baile
no puede sino ser
incomprendido,
porque ahí dentro
reflejan
los espejos
la médula
de una el sonsonete
de una fiesta,
que no existe afuera
y que algunos llaman
“Salón Los Ángeles”.


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